Principales conflictos en las comunidades de propietarios
Los administradores de fincas son testigos de las quejas y conflictos en las comunidades de propietarios, que pueden ser una fuente inagotable de problemas, conflictos, desacuerdos, reproches y, en ocasiones, hasta enfrentamientos físicos. Muchas de estas desavenencias, además, acaban en los tribunales. De hecho, el Tribunal Supremo, permite a las comunidades prohibir el uso de la piscina a personas propietarias de garajes y locales que no posean una vivienda en el edificio.
El ruido
El ruido «es un tema recurrente, sobre todo si viven estudiantes o son pisos turísticos, porque el resto de vecinos tiene una rutina laboral y es molesto”, cuenta Carmela Lavandeira, vicepresidenta del Colegio de Administración de Fincas de Galicia. Y la vicepresidenta del Colegio de Administradores de Fincas de Aragón, María Antonia Bielsa, añade los encontronazos entre vecinos por el ruido que hacen los animales sueltos en los patios de luces.
Si los ruidos son por un piso turístico, lo único que se puede hacer es comprobar que tiene la autorización para realizar la actividad turística. Lavandeira recuerda a una vecina que se hizo una habitación búnker con pladur y lana de roca. Otros deciden vender la vivienda y poner tierra de por medio. Al resto, no le queda más remedio que seguir quejándose.
La piscina
En ocasiones “se celebran los cumpleaños de los niños en la piscina y aparecen 30 niños”, narra Lavandeira. “Es molesto y hay muchas quejas y, además, no está permitido”. Es frecuente en fincas con piscinas pequeñas en las que no es obligatorio tener un socorrista que pueda controlar quién accede al recinto. De hecho, no existe ninguna normativa estatal que obligue a tener un socorrista, sino que cada comunidad autónoma dicta sus propias normas.
Obras no consentidas
Luis García apunta a las obras no consentidas como otro foco de conflictividad. Además, “por su complejidad y gasto efectuado es un tema que suele acabar en un juzgado”, dice el también presidente del Consejo canario de colegios de administradores de fincas. Pagar derramas también saca de quicio a los vecinos.
El ascensor
El ascensor es otro imán para los problemas, sobre todo cuando hay quien lo quiere y hay quien no. Además, la supresión de las barreras arquitectónicas es uno de esos asuntos que suele acabar en los tribunales. Hay varios casos:
- La Audiencia Provincial de Tarragona, en una sentencia del 24 de febrero, obliga a una comunidad a instalar una silla salvaescaleras que permita el acceso y salida de la piscina comunitaria.
- También fue a juicio una comunidad porque el ascensor no llegaba a los trasteros ni al sótano y era un problema para los mayores de 70 años que vivían en el edificio.
Vecinos morosos
El proyecto de ley de impulso a la rehabilitación contempla que se pueda prohibir el uso de instalaciones comunitarias a morosos, y la junta de propietarios puede acordar medidas disuasorias, como la privación temporal del uso de servicios o instalaciones. García sostiene que, junto a la morosidad, otro de los temas que más preocupa a los vecinos es la ocupación ilegal.
La basura
Entre los conflictos recurrentes está el tema de la basura. “Hay vecinos que la dejan en el rellano después de comer y la bajan al contenedor en la franja horaria establecida (a las siete u ocho de la tarde) y eso genera olores y a veces gotea”, cuenta la vicepresidenta del Colegio de Administración de Fincas de Galicia.
Mobiliario privado en zonas comunes
Colocar muebles privados en el rellano es otro de los motivos para discutir, ya que es un elemento común y son salidas de evacuación. Hay otros vecinos que usan su plaza de garaje como despensa y algunos convierten el trastero en una habitación para el hijo, en una sala para tocar la batería o en un improvisado taller de carpintería.
Siniestros y reparaciones de averías
María Antonia Bielsa rescata otro asunto conflictivo: los siniestros y las reparaciones de averías. “Los vecinos se empeñan en que hay que llamar al seguro de la comunidad para que cubra una filtración cuando sabes de antemano que es una tubería privativa y que no lo va a cubrir, pero eso implica desplazar a un profesional y que suba la prima”. Además, añade, “si tardan la culpa siempre es del administrador”.
